Entre el Cielo y la Tierra
María Vallejo-Nágera
PROLOGO
Que los espíritus se aparecen a ciertas personas es un hecho innegable.
Usted puede pensar que lo que digo es una barbaridad, pero si se para a pensarlo, sólo tiene que estudiar un poco la vida de los santos de la historia de la Iglesia católica para descubrir que son muchos, demasiados, los que han visto el espectro de personas fallecidas.
Lo más probable sea que a usted no le haya ocurrido, pero ¿cuánta gente le ha contado alguna vez, mi querido lector, que ha vivido una experiencia rarita y de lo más inusual en este aspecto? Tal vez los testimonios recibidos en su vida en este sentido hayan sido escasos e incluso habrá millones de personas en el mundo que jamás hayan oído de boca de un amigo relatos semejantes.
Pero como le digo, también existen aquellas gentes a las que sí les han revelado historias sorprendentes relacionadas con espectros. ¡Huy, ya lo creo!
Sin ir más lejos yo misma he sido la diana de la confianza de medio centenar de personas que me han entregado, con el mayor de los pudores, sus apasionantes y secretas experiencias con fantasmas (a quienes prefiero llamar «pobres almas del purgatorio»).
Sorprendentemente no las he buscado, sino que han sido ellas las que han llamado a mi puerta esperando encontrar un hombro amigo a quien poder revelar su confidencia.
Usted podrá concluir que soy una tipeja algo rara, pues no a todo el mundo se le habla de un tema tan extraño como es el purgatorio o las almas que lo habitan. ¡Qué le voy a hacer…! Soy una católica creyente bastante curiosa a la que este tema tiene fascinada. Considero que me enriquece el alma, la fe y me acerca más a Dios. Y como cristiana, me agrada una barbaridad compartir mis conocimientos sobre Dios con aquellas personas que deseen escucharme y, sobre todo, con aquellas a las que quiero.
Este nuevo interés sobre el más allá me nació a raíz del enorme impacto que provocó mi tercera novela en el público lector. (Un mensajero en la noche, Editorial Belaqva, 2002, Ediciones B, 2005).
Para aquellos que no la hayan leído, sólo les diré que está basada en un hecho real acontecido a un preso en una cárcel de Inglaterra.
Albert Wensbourgh, como se llamaba mi amigo y protagonista del relato, se caracterizaba por poseer una personalidad violenta y extraordinariamente complicada que le había empujado a cometer grandes delitos. Por ellos fue castigado por la ley con una larga condena de catorce años en una temeraria prisión.
Sólo gracias al amor misericordioso de Dios, una noche de hielo y nieve mientras dormía profundamente, experimentó un fenómeno místico que cambió su vida para siempre. Según sus propias palabras, se despertó bruscamente en mitad de la oscuridad al notar que alguien le acompañaba en su celda. Cuando por fin abrió los ojos, se encontró cara a cara con lo que él me describió un sinfín de veces como un ángel.
La figura angélica le habló y le dio cierta información sobre el futuro que con el tiempo se cumplió. Tras esta extraordinaria experiencia sobrenatural cargada de extraño misticismo, mi protagonista viró su comportamiento hacia ángulos desproporcionados, cambió su característica violencia por templanza, su constante ira por paciencia y su invencible odio por amor al prójimo.
Me ha gustado mucho, cierto que empieza muy cañero, experiencias muy impresionantes y luego rebaja, pero sobretodo me ha gustado la iniciación que he recibido al apasionante mundo de orar por las almas, realmente no tenía ni idea, estoy impresionada de la responsabilidad que eso me da, y con ganas de saber mas.
Tambien creo que he perdido el miedo a los fantasmas o espíritus, cosa que yo era muy miedosa.
Gracias a la autora por su trabajo de investigación.
Estoy muy emocionada por el testimonnio, la dulzura, y el enamoramiento de Maria Vallejo. Me encanta escucharla, me proyecta ese amor tan anhelado.