Extracto:
“Era como ver a Jesús y a María, separados, pero fundidos en Uno solo: Los dos Rostros: El de Jesús y el de María, pero fundidos en Uno solo. Dos Manos, pero era Una sola. Se podían diferenciar bien, se sabía cuál era la de Jesús y cuál era la de María, pero estaban fundidas en Una sola. Y esta Mano sostenía Su Corazón Amantísimo, que eran los DOS CORAZONES EN UNO SOLO: Con las Espadas que traspasaron el Corazón de María y los Rayos Divinos del Corazón de Jesús, rodeado por la Corona de Espinas, la Cruz, los Clavos de la Pasión y, en el centro, las dos iniciales de cada uno de Sus Nombres.”
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