Amor de la Sabiduría Eterna
San Luis Grignon de Montfort
PRESENTACION
Este libro presenta el contexto fundamental de los demás escritos de san Luis María. Trata de la relación de Dios con la humanidad, poniendo de manifiesto, en primer lugar, el amor de Dios por la humanidad y su designio de salvarle de las consecuencias del pecado. Con la ayuda de numerosos textos de los libros sapienciales del Antiguo Testamento, el santo medita en el deseo extraordinario de Dios de amar a la humanidad y de ser amado por ella. Con san Pablo y san Juan, considera al Salvador, Jesucristo, como la encarnación de la Sabiduría divina y aplica a Jesucristo el título de “Sabiduría eterna y encarnada”. La “Sabiduría eterna” mencionada en el título de este libro designa, pues, a Jesucristo. En su consideración del amor de Dios por la humanidad, san Luis María hace resaltar que la muerte de Cristo en la Cruz es la manifestaciónmás grande de este amor. Llega incluso a decir: “La Sabiduría es la Cruz y la Cruz es la Sabiduría”.
Apoyándose en la hipótesis que todos los humanos desean la felicidad, y que la “sabiduría” es el medio para lograrlo, examina las diferentes clases de sabiduría y concluye que la única verdadera sabiduría es la sabiduría de Dios, la Sabiduría eterna y encarnada que es Cristo. Los cristianos durante toda su vida deben buscar y adquirir esta Sabiduría, o en otras palabras, deben buscar conocer y amar a Jesucristo, Sabiduría eterna de Dios. Propone cuatro medios para adquirir y conservar la Sabiduría:
1. Deseo ardiente de la Sabiduría
2. Oración continua para obtener esta gracia
3. Mortificación universal
4. Tierna y verdadera devoción a la Santísima Virgen.
Declara que el cuarto medio, la devoción a la Santísima Virgen, es el medio más poderoso para adquirir y conservar la divina Sabiduría. Este tema lo desarrolla ampliamente en el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, lo mismo que en El Secreto de María. Considera el tercer medio, la mortificación universal, como una participación en la Cruz de Cristo por la aceptación de cada una de las “cruces” y una mayor comprensión del amor de Cristo manifestado en sus sufrimientos. Este tema lo amplía en la “Carta a los Amigos de la Cruz”.
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