San Alfonso María de Ligorio
INTRODUCCION
Este librito que presentamos, aunque es muy pequeño en su volumen, es enorme en su contenido, ya que el secreto de la santidad no consiste en otra cosa.
Pero pienso que la mala interpretación de estas verdades puede traer un peligro. Estamos en tiempos que no podemos dormir; la voluntad de Dios no nos quiere inactivos, en un estado de posición pasiva para aceptar todos los acontecimientos como queridos por El. Hay muchas cosas que pasan en el mundo, que El no quiere que pasen, y nuestro deber es tratar de evitar que sucedan.
Sería fatal si alguien dijese: «Tanto se me da que ganen las izquierdas como las derechas, y tanto me importa el triunfo del comunismo como su derrota: yo me conformo con la voluntad de Dios». No, esto no se puede decir: «Tanto se me da que haya escuelas católicas como que todas sean laicas; tanto me importa que haya iglesias como que las quemen o las profanen dedicándolas a salas de teatro».
Pensemos que no solamente ofende a Dios el que peca; también le ofende el que pudiendo impedir que se cometa algún escándalo no hace lo que está en su mano para estorbarlo. Piensa que en tu presencia se cometen escándalos que pueden dar muerte a muchas almas.
¡Pobre de ti si estuviese en tu mano evitar la muerte de un alma y no hiciste nada para impedirlo!
Conformémonos con la voluntad de Dios, sí; pero después que hayamos hecho por nuestra parte todo lo que podamos para que las cosas sucedan de la forma más favorable para el bien de las almas.