Consejos a un joven poeta
Max Jacob
PRÓLOGO
Este libro fue escrito como respuesta a una pregunta de un joven amigo de Max Jacob. Conviene tener en cuenta la edad de aquel joven —alrededor de los dieciocho años— para hacerse cabal idea de las líneas que siguen. El mismo Jacob dudó mucho tiempo en dar su consentimiento a la publicación del libro, pues «estas líneas, en ocasiones, resultan demasiado claras o demasiado oscuras».
Sin embargo, hay que decir, con el gran escritor surrealista Paul Éluard, que adentrarse en Max Jacob es penetrar una de las venas más puras de la poesía francesa contemporánea. Al igual que en su gran amigo, Pablo Picasso, la generosidad de este poeta, dibujante, pintor, notable músico, se vuelca en el trabajo, y cualquiera de los dos ejemplos son suficientemente ilustrativos de lo fructífero de su vida.
«Existe algo en mí… que no es ni el sentimiento ni la inteligencia, es una necesidad de locura armoniosa, una necesidad exquisita de verdadero lirismo», dirá en su Poética, y, desde el Hombre de cristal hasta las últimas baladas, los surrealistas no dejarán de maravillarse. Sirvan de guía para la lectura de Jacob las líneas escritas por Éluard a su muerte.
Ocurre en España lo que ocurre con numerosos autores —tan fecundos— del período de entreguerras, y es que muchos conocen de oídas sus nombres, pero pocos los han leído; no han tenido acceso a ellos. Se pueden encontrar referencias sobre Jacob en Ramón Gómez de la Serna. Se ha hecho una larga andadura sin que, más que a retazos, hayamos tenido noticias del camino.
José Antonio Millán Alba
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!