Contra la maldad
Juan Gonzalo Callejas
Prólogo
HACE muchos años, durante mis primeras experiencias en procesos de exorcismo, me ocurrieron dos sucesos que marcaron mi vida. El primero de ellos me sucedió antes de ser Sacerdote mientras auxiliaba en un exorcismo. Esa vez, durante el proceso, me pregunté a mí mismo si estaba preparado para estar metido en semejante situación, de inmediato el poseso se soltó de los que lo estaban aferrando me agarró del cuello y me dijo: “estás dudando, y si dudas puedo acabar contigo”; en ese momento tuve que retirarme muy confundido.
Semanas después me encontré de nuevo ayudando en la liberación de la misma persona, y ya ni siquiera tuve que dudar en mi corazón para que se viniese contra mí el poseso, quien, agarrándome del cuello, me derribó al suelo con la intención de ahorcarme, pero entonces yo le dije: “tienes que pasar por encima de Jesús, José y María antes de poder hacerme daño”.
Ante estas palabras ese ser diabólico perdió la fuerza que tenía sobre las manos de la persona que poseía y dejó de estrangularme para decir: “ahora crees y ya no puedo hacerte daño”.
El otro suceso que marcó mi vida ocurrió en una situación parecida a la anterior. Mientras luchaba apoteósicamente para controlar a los demonios que se manifestaban en una persona poseída, ellos me arrebataron la Sagrada Escritura de mis manos y con ira intentaron partirla por la mitad, al no poder hacerlo intentaron arrancarle las páginas y yo quedé sorprendido al ver que, un ser que está siendo controlado por cuatro personas y que así mismo puede lanzarlas lejos y librarse de ellas con su gran fuerza, no pudiera romper las páginas delgadas de una Biblia, y que con resignación tuviese que devolvérmela diciendo: “contra esto yo no puedo”.
Las enseñanzas que me dejaron estas dos experiencias fueron, que en la lucha contra el mal la máxima fuerza la tiene el que mayor Fe tenga sin dudar en su corazón, y que el poder de la Palabra de Dios es reconocido hasta por los mismos demonios. Es por esta razón que mi intención al escribir este libro es dar herramientas de Fe y Oración, basadas en las Sagradas Escrituras, a aquellas personas que se sienten asediadas por el mal, para que así tengan el armamento espiritual necesario para no sucumbir al acoso de los enemigos del alma.
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