Mons. Tihamer Toth
INTRODUCCIÓN
El 11 de diciembre de 1925, los anales de la Iglesia registraron un acontecimiento de trascendencia suma: Su Santidad el Papa Pío XI, en su encíclica Quas primas, instituyó una nueva festividad; mandó consagrar que un domingo del año se celebrase la fiesta de la «Realeza de Cristo». Es un tema tan importante, que le vamos a dedicar este libro.
Y al escogerlo como tema de este libro me fundo en dos consideraciones.
La primera es el respeto filial y homenaje que hemos de manifestar los fieles católicos a todas las palabras y a todos los actos del Papa. Él es la Cabeza visible de la Iglesia.
Y me acucia también la importancia del tema. El objeto de la nueva festividad es tan inagotable, que temo falte lugar y tiempo para desarrollar los puntos necesarios, es decir, para explicar debidamente la «Realeza de Cristo».
¿En qué consiste la nueva festividad y cuál fue el objetivo del Papa al instituirla? ¿Qué significa la realeza de Cristo y qué podemos esperar de la misma? ¿Cómo ha mejorado la sociedad desde que se dejó guiar por Cristo y qué sería de ella sin el Redentor? Cristo es Rey de todos nosotros: es Rey de la Iglesia, Rey del sacerdocio, Rey de los confesores, Rey de los atribulados, Rey del individuo y de la sociedad. Política, matrimonio, deportes, costumbres, vida moral, infancia, juventud, mujer, familia, ¿adónde llegan cuando siguen a Cristo y cuál es su resultado, si prescinden de Él?…
Tales serán los puntos que pienso exponer. Pido a mis amables lectores que sigan los razonamientos con el interés y atención que se merecen la palabra del Papa y la importancia del asunto.