El demonio anda suelto
Padre Ángel Peña Benito
INTRODUCCIÓN
En este libro expondremos algunas de las manifestaciones más frecuentes del demonio: posesiones, maleficios, infestaciones, etc. La existencia del demonio es frecuentemente negada, no sólo por muchos católicos, sino incluso hasta por sacerdotes. Estamos en un mundo en el que cada día parece que la fe está disminuyendo. Cada día hay más incautos que caen en las redes de los adivinadores, de los magos, de los brujos y de tantos seguidores de Satanás, que los llevan por el camino oscuro de un mundo sin luz, sin amor y sin esperanza. ¿Por qué hay tantos que se creen muy modernos por no creer en Dios y no pertenecer a ninguna religión? A pesar de su proclamada falta de fe, creen sin dificultad en ocultistas, astrólogos, gurús y toda clase de filósofos de distintas ideologías.
Ojalá que todos aprendamos algunas cosas del mismo demonio. En primer lugar, no hay ningún demonio ateo. Todos ellos, sin excepción, creen Dios. Como dice el apóstol Santiago en su carta: Los demonios también creen y tiemblan (Sant 2,19). Ellos saben por experiencia que Dios existe y que no pueden vencerlo, pues es su Creador y deben obedecerle, ya que sólo les da poder hasta cierto límite según su voluntad.
Dios existe, aunque algunos no crean en Él. Y el demonio también existe aunque algunos no crean en él. Sobre la existencia del demonio nos hablan muy bien todos los santos. Ellos son los especialistas de Dios. Si queremos conocer a Dios y las cosas de Dios y de su Iglesia, no vayamos a falsos profetas. Si queremos que alguien nos cure un dolor de estómago, no vayamos a un carpintero o cerrajero, sino a un médico especialista. Igualmente, si queremos saber algo de Dios, no vayamos a ver un profesor de matemáticas, de filosofía o de bioquímica, vayamos a ver lo que nos dicen los santos, que han tenido experiencias directas con Él y nos hablan por propia experiencia y no por razonamientos o imaginaciones.
Algunos no creen en las verdades que propone la Iglesia católica y dicen que los dogmas son inventos de los sacerdotes. Yo les diría: En el cielo todos son católicos y en el infierno también. En el sentido de que en el más allá, sin las limitaciones y oscuridades de la vida presente, todos conocerán claramente que Dios existe, que Jesucristo es Dios y que todos los dogmas de la Iglesia católica son verdaderos. El demonio cree en todas las verdades de la fe católica sin excepción y, precisamente por ello, trata de hacerse una iglesia paralela, remedando a la Iglesia católica. Él también se ha hecho su propia iglesia satánica, dividida en diversidad de sectas, pero en todas actúa como un anticatólico furibundo, luchando contra la Iglesia y sus enseñanzas.
En este libro trataremos de ver cómo el demonio anda suelto, repudia todo lo que es católico y, a la vez, lo imita para profanarlo, especialmente la presencia real de Jesús en la Eucaristía durante las misas negras. Ojalá que, al ser conscientes de la existencia del demonio y de sus obras, podamos reafirmar nuestra fe católica y vivirla en plenitud.
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