Vittorio Messori
UN LIBRO SINGULAR.
La primera edición italiana de ¿Padeció bajo Poncio Pilato? -una «investigación sobre la Pasión y Muerte de Jesús» -tal y como dice el subtítulo del libro- apareció en el otoño de 1992. Tanto en la introducción como en la última página (y aquí aparecía precisamente en latín: Stationis primae finis sed non itineris nec investigatinis…) se prometía la obligada publicación en otro libro de la continuación de aquella investigación. Desde entonces han pasado más de ocho años y he publicado otros siete libros, pero hasta el momento no había respetado mi compromiso. Mis lectores, tan estupendos como terribles, no se olvidaron, sin embargo, de la promesa, y en estos años, al tiempo de la aparición de nuevas ediciones de ¿Padeció bajo Poncio Pilato?, me reclamaban el cumplimiento de mi promesa. No se contentaban con cartas diarias, llamadas telefónicas, mensajes por fax o solicitudes de información durante los actos públicos de presentación de mis otros libros, pues llegaban incluso a llamar sin previo aviso a la puerta de mi casa. ¡Algo así como para asegurarse de que no estaba perdiendo el tiempo o justificándome con trabajos menos urgentes, en vez de ocuparme de ese Jesús al que había dejado en el sepulcro en la tarde del Viernes Santo!
A mis disculpas por el retraso, puedo añadir diversas razones: a comenzar por la inesperada entrevista a Juan Pablo II en Cruzando el umbral de la esperanza, con el torbellino editorial a nivel mundial que le siguió y las consiguientes «distracciones», pues intenté a toda costa quedar al margen del acontecimiento y rechacé entrevistas y presentaciones. Y es que en aquel libro lo importante eran las respuestas, y no tanto mis preguntas.
Podría también referirme al hecho de que los lectores que protestaban por el retraso en la aparición del libro de la Resurrección eran con frecuencia los mismos que me habían apremiado para la recopilación de mis artículos publicados a lo largo de los años en el diario católico Avvenire bajo la rúbrica «Vivaio». Esto fue lo que hice entre 1993 y 1995 con el resultado de tres extensos volúmenes de más de 1600 páginas. Respecto a Algunas razones para creer y Opus Dei: una investigación, los dos libros que siguieron a los citados, diré que su aparición fue determinada por un cúmulo de circunstancias, que no viene al caso resumir, pero que de alguna manera me obligaron a darles prioridad.
En definitiva, estas son mis excusas…
También tengo que darlas porque, en realidad, el libro que me solicitaban con tanta y afectuosa insistencia, lo tenía escrito en gran parte. En efecto, buena parte del material utilizado para investigar sobre la Resurrección, ya había sido anticipado (al igual que para la Pasión y Muerte) en los artículos publicados durante años en la revista mensual Jesús. Pero también las muchas personas que habían reunido dichos artículos no se contentaban con ello, sino que me apremiaban para que quedaran recogidos con los correspondientes cubierta e índice. Todo esto por razones de evidente comodidad, pero también por el hecho de saber que, del mismo modo que sucediera en la primera parte de la investigación, todo el material quedaría revisado y ampliado al pasar de las páginas de la revista a las del libro.
De cualquier modo, al final he cumplido mi promesa, por medio de estos humildes «sondeos», por no decir impotentes alfilerazos, en la consideración de la vertiginosa dimensión del Misterio: la vuelta gloriosa a la vida del Crucificado.
Tengo que confesar que, mientras revisaba por última vez el material antes de entregarlo al editor, crecía dentro de mí una sensación de incomodidad, una especie de desconcierto un tanto vergonzoso: «¿Está aquí todo lo que has conseguido reunir? ¿Están aquí todas las reflexiones que has sido capaz de hacer?».