Dios te Salve, Reina y Madre
Scott Hahn
PRÓLOGO
Unos meses antes de morir, Santa Teresa de Lisieux realizó su sueño de expresar en forma de canción todo lo que pensaba sobre la Virgen María. Tituló aquel largo poema de veinticinco estrofas: Por qué te amo, María. Deseaba contar la verdad acerca de la Virgen, y todo su conocimiento de María, hechos y acontecimientos, lo extrae de los Evangelios. Para Santa Teresa, María, Madre de Dios, es su madre espiritual y reina celestial, pero más madre que reina. De entre sus más de 50 poemas, este canto de amor resulta ser el favorito de los lectores y discípulos de Teresa.
Scott Hahn, en Dios te salve, Reina y Madre, nos cuenta, no en poesía sino en prosa, por qué ama y honra a la Virgen María y por qué nosotros deberíamos amarla y honrarla también. Aunque (como Teresa de Lisieux) el papel de María lo encuentra revelado en los Evangelios, la investigación que realiza va más allá de ellos. Es un firme partidario del principio de San Agustín de que el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo, y el Antiguo revelado en el Nuevo. Por eso, no es de extrañar que halle a María prefigurada en el Antiguo Testamento, especialmente en Eva, la madre de todos los vivientes, en el arca de la alianza, y en la reina madre de la dinastía de David.
Más aún, es la reina del cielo, vestida de sol, del libro del Apocalipsis. La encuentra también en la Tradición eclesial, de manera particular en los Padres y dogmas de la Iglesia (que son intérpretes de la Escritura).
Scott Hahn conduce su relato de forma personal y humilde, siempre consciente de las falsas interpretaciones de la doctrina y devoción mañanas que abrazó en su día, durante su juvenil etapa anticatólica. Al escribir este libro, ha tenido la oportunidad de corregirlas. Sin embargo, su principal motivo ha sido escribir para todos los cristianos que quieran escuchar, sobre todo para los católicos, pues desea que valoren el lugar que ocupa María en sus vidas.
Esto nos lleva a preguntarnos: ¿querrán escucharle cristianos de diferentes denominaciones? Soy optimista. En el pasado, María ha sido para muchos un obstáculo para la unidad, pero en los últimos treinta años, desde el Concilio Vaticano II, se han dado grandes pasos hacia la unidad. Expertos bíblicos, tanto católicos como protestantes, se han reunido para estudiar juntos la Sagrada Escritura. En 1967 comenzó en Inglaterra la Sociedad Ecuménica de Santa María Virgen, que incluía líderes de las iglesias anglicana, católica, metodista y ortodoxa. En 1976 la sociedad quedó también establecida en Washington D.C. Miembros de ambas sociedades se reúnen regularmente y publican sus descubrimientos. Aunque aún quedan vastos problemas por resolver, se han hecho ya algunos progresos y las sociedades siguen adelante con esperanza e ilusión. Que María, madre de todos los cristianos y madre de la unidad, acoja de corazón sus esfuerzos, interceda ante el Espíritu Santo y ayude a conseguir la re-unión de todos los cristianos.
Una última cuestión: ¿cómo deberíamos acercarnos a este libro? Mi propio juicio me dice que sería un error considerarlo un manual de cabecera. Hay que ponderar y digerir su rico contenido. Podría servir como libro de texto para una clase de estudios marianos. Sería ideal para un grupo mariano de estudios. Con la Biblia en una mano y este libro en la otra, los lectores ganarían interés y entusiasmo en los debates acerca de los tipos de María en la Escritura y los dogmas de la Iglesia. Únicamente mediante el estudio, la reflexión y la oración podrán llevarnos estas verdades reveladas a apreciar y amar a María, reina y madre, y, consecuentemente, a amar al Dios de misericordia que nos la ha dado.
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