Manuel Arnaldos, historiador
Poeta italiano de ascendencia güelfa y burguesa, Dante Alighieri fue el máximo representante del Dolce Stil Nuovo que ya iniciara su amigo y maestro Cavalcanti, cuando Dante era todavía adolescente. Fue entonces, y en ese movimiento cultural, cuando Dante volvió a coincidir con Beatriz Portinari, de 17 años y desde entonces su amor platónico y apasionado.
Licenciado en Medicina en su propia ciudad de Florencia, sufrió de por vida Dante la muerte de la joven Beatriz, tras 4 años de fugaces y platónicos encuentros. Por lo que decidió casarse con uno de los compromisos familiares que tenía desde hacía tiempo (Gema Donati) y dar un cambio brusco a su vida, interesándose por la política local florentina. Ingresó en el Consejo de los Ciento como miembro del pro-imperial Partido Gibelino, como embajador de Florencia hacia las repúblicas vecinas. En 1300 pasó a ocupar el cargo de prior de la magistratura de Florencia, hasta que en 1304 el Partido Güelfo se hace con el poder en Florencia y expulsa a Dante al destierro. Exiliado en Verona y Rímini, y acogido más tarde en Rávena como huésped de honor por parte de Guido de Polenta, decide entonces Dante componer su Divina Comedia, que terminó en plena enfermedad y muerte por malaria, en 1521.
Atesora y rezuma la Divina Comedia de Dante el inigualable tesoro de sus años de composición, de 1305 a 1321. Eran los primeros años del mayor cataclismo que ha vivido la Historia, como nunca lo había habido ni quizás lo habrá, y que logró tumbar la época del más largo y homogéneo crecimiento civilizador, la época que inventó la universidad y levantó catedrales, que tenía su granero de trigo en el Ártico y erigía episcopados en la Groenlandia. Fueron unos años que Dante supo leer e interpretar, profetizando que tenían tintes apocalípticos y que acabarían de una manera más dantesca todavía: la Divina Comedia.
a) Contexto
Hacia 1280 las cosas habían empezado a cambiar en Europa, tras un crecimiento ininterrumpido de casi 300 años. Los síntomas de un crecimiento sin pausa, por más de 280 años, empezaron a acusar cierto cansancio y agotamiento, manifestándose en muchos ámbitos. La palabra crisis empezó a aparecer a nivel económico, político, demográfico, social y cultural. Fue el momento en que el mundo medieval se enfrentó con sus límites, a partir de sus presupuestos y tras haber logrado llegar a su cenit histórico.
Las nuevas propuestas filosóficas y la desconfianza en las propias posibilidades acabaron generando frenazos generalizados, en la tecnología, moneda, comercialización y hasta en la matemática. Fue el caso del fracaso de la Catedral de Beauvais, en que Europa se dio cuenta de sus propios límites. Se trató de una ruptura y hundimiento que quedó plasmado en el cambio de tendencia poblacional, pasando Europa a tener de 75 millones en 1300 a 45 millones en 1350.
En efecto, de 1300 a 1350 se observa en Europa una paralización total del crecimiento técnico, que no supo dar solución a una serie de alteraciones climatológicas o Cambio Climático de 1300. Así, la pérdida de cosechas vino a traer, hacia 1315-1320, la subida del precio del pan y la leche. En 1348, la Peste Negra vino a remediar la subida de precios y hambrunas, pero diezmó a los pequeños propietarios con epidemias en la alimentación. La nupcialidad descendió y la mortalidad hizo desaparecer al 50% de los europeos, poniendo la esperanza de vida en los 30 años.