El amigo del novio
Roberto Martínez Rivera
Prólogo
En San Juan, la capital de Puerto Rico, se encuentra ubicada frente al Capitolio –la mansión de las leyes– una tosca y maciza escultura de Juan el Bautista, por cuyo nombre fue conocida la isla al comienzo de la colonización española. Con esta estratégica localización y mediante un gesto amenazante, Juan el Bautista, como lo hizo en otros tiempos, parece querer recordarles a los que hoy ostentan el poder que un día tendrán que rendir cuentas por sus obras. Así como esa imagen se yergue resistiendo los embates del tiempo y de la historia, la figura de aquel que «grita en el desierto» (Mc 1,3) perdura para sacudir las conciencias de los gobernantes y los creyentes que se complacen con vivir una fe aletargada.
La presente obra es un esfuerzo por acercarnos a este personaje bíblico que, a pesar de ser parte de la cultura y las tradiciones de muchos pueblos, permanece todavía algo desconocido. El trabajo de este manuscrito comenzó hace varios años atrás cuando, tras la publicación de mi tesis doctoral en inglés, algunas personas me pidieron que escribiera algo más accesible en español. Aunque la obra está dirigida principalmente a biblistas, este es un intento por responder a esa petición. Estoy seguro, sin embargo, de que las personas con un cierto grado de preparación e interés, asistidos por el glosario que se incluye al final, podrán sacar mucho provecho de este libro.
Aunque la redacción de esta obra tuvo que ser pospuesta abruptamente cuando mis hermanos de la Orden de Frailes Capuchinos me eligieron para servir como superior insular, pude retomar los trabajos tan pronto pasé a formar parte de la Facultad de Teología en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Por eso, debo agradecer primeramente al presidente de la Universidad, Dr. Jorge Vélez Arocho, y al decano del Colegio de Artes y Humanidades, Dr. P. Juan Luis Negrón Delgado, no solo por la oportunidad que me dieron de integrarme en la Facultad de Teología, sino también por proveerme del tiempo y del espacio necesarios para poder terminar este trabajo.
No es posible escribir una obra de este tipo sin el apoyo de muchas personas. De entre todas ellas debo resaltar la colaboración de la Dra. Luz Nereida Pérez, que con la paciencia de Job leyó y corrigió cada uno de los capítulos haciendo acertadas y oportunas sugerencias que me ayudaron a mejorar la calidad del texto. Cualquier error que encuentre el lector se debe a mi descuido, no al de ella. Sin temor a exagerar, debo decir que sin su apoyo no hubiese podido terminar este trabajo.
Quisiera también dar las gracias a compañeros biblistas, quienes amablemente accedieron a revisar el manuscrito y darme sus sugerencias. Principalmente agradezco a Dr. Armand Puig i Tàrrech, cuyas publicaciones han enriquecido mi investigación a través de los pasados años y quien tuvo la gentileza de escribir la presentación de este libro. Vaya mi gratitud también para los doctores Francis J. Moloney y Frank Matera, a quienes tuve el privilegio de tener como profesores y quienes también examinaron el manuscrito y me apoyaron para publicarlo.
Agradezco de igual manera a otras personas que colaboraron conmigo en el proceso de investigación: al personal de la biblioteca Juan de Valdés del Seminario Evangélico de Puerto Rico, especialmente a su directora, Milka T. Vigo Verestín, y a la bibliotecaria Rosa María Torres Medina, por permitirme acceder a su valiosa colección; a la Hna. Ada Pacheco, directora de la biblioteca P. Martín J. Berntsen, O.P., de la Universidad Central de Bayamón, por facilitarme varios libros de la biblioteca; al hermano Tage Danielson, O.F.M.Cap., quien amablemente se tomó el tiempo para fotocopiar y hacerme llegar numerosas obras y artículos de la biblioteca John K. Mullen de la Catholic University of America. Además, mi gratitud a las profesoras Cantaliz Cornier López y Madeline López Colón por sus sugerencias para el glosario, corrección de errores gramaticales y asistencia en la preparación de los índices.
Asimismo, quiero darle las gracias a mis superiores Fr. José Ángel Torres Rivera, O.F.M.Cap. y Fr. Ramón Negrón Cruz, O.F.M.Cap. por permitirme enseñar en la Facultad de Teología de la Pontificia. A ellos y a mis hermanos Capuchinos de comunidad, Fr. Luis Óscar Padilla, Fr. Fernando Irizarry, Fr. Gamalier Martínez y Fr. Ricardo M. Tardí, gracias por el apoyo y por ser comprensivos ante las largas horas que pasaba encerrado investigando y escribiendo. Quisiera también agradecer a Editorial Verbo Divino por haber accedido a publicar este manuscrito en su colección de «Estudios Bíblicos», de manera especial a Regino Etxabe y María Puy Ruiz de Larramendi, quienes más de cerca colaboraron conmigo en la preparación de este trabajo. Finalmente, agradezco a quienes han sido a través de los años mi más grande apoyo: mis padres, Edwin Martínez Pauneto (QEPD) y Elsie Rivera Márquez, y mis hermanos Edwin (QEPD) y Mercedes. Todo lo que somos mis hermanos y yo se lo debemos a nuestros padres. A ellos y a Puerto Rico, que tuvo desde sus albores a Juan el Bautista como patrón, va dedicada esta obra.
Fr. Roberto Martínez
25 de febrero de 2019
Ponce, Puerto Rico
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