El arte de aprovechar nuestras faltas
Joseph Tissot
PROLOGO A LA SEXTA EDICIÓN FRANCESA
Para mí es una gran satisfacción ver que se publica en un pequeño libro la sexta edición de El arte de aprovechar nuestras faltas. De esta manera tendrá una mayor difusión y podrá hacer en mayor número de almas el bien que hasta ahora, gracias a Dios, ya ha hecho.
Estos alentadores consejos del Doctor de la piedad no sólo se dirigen a los que ya son piadosos o a los que quieren serlo, sino que también los pecadores se conmueven oyendo a San Francisco de Sales referir las invenciones de la misericordia divina para hacerles más fácil la conversión; el amor lleno de compasión con que persigue a los pródigos; la acogida paternal que les espera a su regreso; los favores con que premia su arrepentimiento. Hasta los corazones más duros se ablandan ante la esperanza de volver a ocupar su puesto en el hogar del Padre de familia.
Alguien ha dicho que quienquiera que, después de una falta, medita algunas líneas de esta obra encuentra en ellas, con la ayuda del Salvador, la gracia para levantarse de nuevo. Además, El arte de aprovechar nuestras faltas ayuda a detestarlas y a evitarlas. Admirando la bondad divina que las perdona con tanta generosidad, que las repara con tanta liberalidad, se siente nacer un afecto más íntimo hacia un Dios tan bueno, se experimenta un dolor más amoroso por haberle contristado, y se comprenden bien aquellas palabras que, a nuestro juicio, son el mejor elogio de este libro: «inspira la resolución de no pecar más».
En esta edición no hemos querido abreviar el texto de las precedentes. Por el contrario, hemos añadido algunas citas y lo hemos dividido en capítulos y números, para hacer más fácil la lectura.
Sólo nos queda repetir la súplica que dirigíamos al Corazón de Jesús cuando le consagrábamos por primera vez este pequeño trabajo, hace ya dieciséis años. Que este adorable Corazón se digne bendecirlo y utilizarlo para su gloria, haciendo que produzca frutos de conversión en los pecadores y de perseverancia y perfección en los justos.
Annecy, primer viernes de abril de 1894.
Jose Tissot,
Misionero de San Francisco de Sales
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!