El Camino de La Gloria
Matilde Eugenia Pérez Tamayo
PRESENTACIÓN
En el año 1991, Su Santidad Juan Pablo II quiso renovar la devoción centenaria del Vía Crucis, teniendo como base los relatos evangélicos. Surgió entonces un Nuevo Vía Crucis, que considera algunas estaciones que no existen en el antiguo, conserva la mayoría, y deja de lado algunas otras, provenientes de tradiciones populares.
Actualmente, este Nuevo Vía Crucis coexiste con el antiguo, y permite a quienes lo meditan, penetrar más profundamente en la realidad histórica de la Pasión y Muerte del Señor, con el gran valor que esto representa para todos nosotros.
El presente Vía Crucis, concebido bajo estas premisas, busca ser una ayuda sencilla y eficaz para quienes desean de corazón, acompañar a Jesús, mediante la oración, en los últimos acontecimientos de su vida en el mundo.
El texto evangélico leído al comienzo de cada estación, nos sitúa en el acontecimiento, tal y como sucedió.
La reflexión que viene a continuación pretende ayudarnos a entender el suceso descrito, en su verdadera dimensión; a compartir los sentimientos de Jesús que lo vivió en carne propia, lleno de amor y transido de dolor; y, finalmente, a relacionarlo con nuestra realidad actual, tanto a nivel personal como a nivel social, para permitirle que cumpla su objetivo, y nos transforme desde nuestro propio interior.
La oración busca reunir la alabanza y la súplica. Alabanza a Jesús, a quien estamos acompañando espiritualmente. Súplica para conseguir de Dios Padre las gracias que necesitamos para vivir más fielmente cada día, nuestra fe cristiana, como discípulos misioneros de su Hijo.
Esperamos de todo corazón que nuestro propósito sea cumplido.
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