Padre André Emmanuel
AL ángel de la Iglesia de Sardes escríbele: “Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras: se te tiene por viviente, pero estás muerto. Ponte alerta y consolida lo restante, que está a punto de morir; porque no he hallado tus obras cumplidas delante de mi Dios. Recuerda, pues, tal como recibiste y oíste; y guárdalo, y arrepiéntete. Si no velas vendré como ladrón y no sabrás a que hora llegaré sobre tí. Con todo, tienes en Sardes algunos pocos nombres que no han manchado sus vestidos; y han de andar conmigo vestidos de blanco, porque son dignos. El vencedor será vestido así, de vestidura blanca, y no borraré su nombre del libro de la vida; y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
UNAS PALABRAS AL LECTOR
(Primer artículo, marzo de 1885)
I
Hemos considerado a la Iglesia en el pasado y en el presente; nos falta contemplarla en el futuro. Dios ha querido que los destinos de la Iglesia de su Hijo único fuesen trazados de antemano en las Escrituras, como lo habían sido los de su Hijo mismo; por eso, en ellas buscaremos los documentos de nuestro trabajo.La Iglesia, como debe ser semejante en todo a Nuestro Señor, sufrirá, antes del fin del mundo, una prueba suprema que será una verdadera Pasión. Los detalles de esta Pasión, en la cual la Iglesia manifestará toda la inmensidad de su amor por su divino Esposo, son los que se encuentran consignados en los escritos inspirados del Antiguo Testamento y del Nuevo. Los haremos pasar ante los ojos de nuestros lectores. No tenemos intención de espantar a nadie, al abordar semejante tema. Diríamos más : nos parece desgranar, juntamente con las grandes enseñanzas, grandes consuelos.