Mariano Fazio Fernández
INTRODUCCIÓN
En su intervención en las congregaciones generales previas al Cónclave, el cardenal Jorge Mario Bergoglio trazó en breves frases la necesidad de evangelizar el mundo —razón de ser de la Iglesia— evitando una posible actitud autorreferencial y mundana, para salir al encuentro de las almas. Hizo referencia a que es el mismo Jesucristo quien, desde dentro, nos impulsa. «En el Apocalipsis Jesús dice que está a la puerta y llama. Evidentemente el texto se refiere a que golpea desde fuera la puerta para entrar… Pero pienso en las veces en que Jesús golpea desde dentro para que le dejemos salir. La Iglesia autorreferencial pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir».
En los apuntes de su intervención, que fueron publicados con autorización del Papa por el cardenal de La Habana, Jaime Lucas Ortega, Bergoglio concluye: «Pensando en el próximo Papa: un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de “la dulce y confortadora alegría de evangelizar”».
El 13 de marzo de 2013, movidos por el Espíritu Santo, los cardenales reunidos en Cónclave después de la sorpresiva noticia de la renuncia de Benedicto XVI, eligieron a Jorge Mario Bergoglio como 265 sucesor de San Pedro, el hombre que a sus ojos reunía más condiciones para llevar a la Iglesia a las periferias existenciales. Él mismo se definió como el Papa venido del fin del mundo, y cada vez es más conocida su labor pastoral en Buenos Aires a favor precisamente de las personas que —desde una perspectiva mundana— son considerados sobrantes, periféricos.
El libro que el lector tiene en sus manos está escrito todavía con la sorpresa que suscitó en mí el anuncio del cardenal Tauran. Fue escrito rápidamente —la fecha de publicación está muy cercana a ese 13 de marzo de 2013— pero con seriedad y con un convencimiento personal de la necesidad de hacer conocer las raíces espirituales del Papa Francisco. Espero contribuir con estas breves páginas a un mayor conocimiento de su personalidad, que ayude a los católicos a unirnos más afectiva y efectivamente a la persona del Romano Pontífice. Que sea una realidad para todos aquel anhelo de un santo de nuestro tiempo, san Josemaría Escrivá de Balaguer: «Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam! —que todos, bien unidos al Papa, vayamos a Jesús por María».