Matilde Eugenia Pérez Tamayo
PRESENTACIÓN
Hace ya dos años que el Papa Francisco fue elegido como Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal. Dos años en los que, con celo incansable, y superando las expectativas de muchos, ha venido hablando a la Iglesia y al mundo con claridad y firmeza, insistencia y decisión, pero también con calidez y ternura, esperanza y alegría, del Evangelio de Jesús, que es para él, verdadero mensaje de Amor y de Vida, de Justicia, de Libertad y de Paz, Buena Noticia de salvación y de Vida eterna, para cada hombre y cada mujer, y para todos los pueblos de la tierra.
Su Magisterio ha sido especialmente rico de palabras y de gestos significativos, tanto para quienes somos miembros de la Iglesia Católica, como para quienes no pertenecen a ella, pero que lo ven y lo escuchan con admiración, reconociendo su liderazgo, así como su sencillez y su humildad, su calor humano, y su capacidad de decir con valor lo que tiene que decir, aunque sepa de antemano que tanto sus palabras como las convicciones que las generan, pueden ser criticadas y rechazadas por aquellos que se sienten “amenazados” en su cómodo bienestar.
El Papa Francisco habla y actúa para ser escuchado y entendido no sólo por los religiosos y religiosas, los sacerdotes, los obispos y los cardenales, sino también y de un modo muy especial, por todos los hombres y mujeres que creemos en Jesús y en su Buena Noticia, y por todo hombre y toda mujer de buena voluntad, que siente en su corazón el deseo de vivir en paz y armonía consigo mismo, con los demás y con el mundo que habitamos y compartimos.
El Papa Francisco habla y actúa, movido por el Espíritu Santo que le fue dado por Dios mismo, con su elección como sucesor de Pedro, y quiere llegar con sus palabras y sus gestos al corazón de cada persona que lo ve y lo escucha, directamente o por los diferentes medios de comunicación, que lo hacen presente en todos los rincones de la tierra.
Su primer y gran deseo es que tomemos conciencia de que somos infinitamente amados por Dios que nos ha creado, por Jesús que nos ha salvado, y por el Espíritu Santo que el Padre derrama sobre nosotros, y que por este “amor primero” que nos sana y nos enriquece con sus dones, sin condición alguna, de manera totalmente gratuita, nos sintamos impulsados a respetarnos en nuestras diferencias, a comprendernos y tolerarnos mutuamente, a ayudarnos en nuestras necesidades, y también, a amarnos unos a otros como verdaderos hermanos que somos, como hijos de un mismo Padre, tengamos o no, conciencia de ello.
La presente selección de palabras del Papa Francisco, tiene como objetivo fundamental, poner al alcance del mayor número de personas posible, de una manera ordenada, una pequeña parte de tan hermosas y profundas enseñanzas.
Todas ellas, leídas y releídas, meditadas y confrontadas con nuestra realidad personal, la realidad de la Iglesia, de la que formamos parte, y la realidad del mundo en el que vivimos y actuamos, pueden llevarnos por caminos nuevos, en la vivencia de nuestra fe en Dios, uno y trino, y en nuestro seguimiento fiel de Jesús, como discípulos y misioneros de su bondad y de su amor, en un mundo que, sin duda, necesita alimentar y sostener su fe y su esperanza, en medio de las dificultades y por ellas.
Matilde Eugenia Pérez Tamayo
13 de marzo de 2015
Inicio del Tercer año de Pontificado del Papa Francisco