El Silencio del Músico
Martín Valverde
PREFACIO
Se ha comprobado desde hace mucho que una de las mas viejas enfermedades de los líderes cristianos, es robarse la escalera con la que subieron hasta donde hoy están y sirven, consciente o inconscientemente se hace para que nadie más suba o pueda subir “más alto” de lo que otros lo han hecho.
Creo y espero pertenecer a una nueva generación que ha entendido que el compartir con otros la sabiduría que Dios nos ha regalado redunda en el bien de toda la Iglesias y más allá.
Con este escrito, ‘EL Silencio del Músico’, iniciamos una colección que pretende convertirse en una herramienta útil para la presente generación y para muchas otras, apoyando a todos nuestros artistas del mundo católico, o mejor aún de los artistas con espiritualidad más allá de limitaciones religiosas.
San Pablo recomendó a Timoteo que buscara hombres de confianza capaces de enseñar y transmitirle a otros lo que el mismo había aprendido. En nuestra condición de “apóstoles del mensaje a través de la música”, este capítulo y los siguientes serán nuestro granito de arena dirigido a esos músicos “capaces y dignos de confianza”.
Nada de lo que leerán es improvisado; al momento de este escrito son ya 34 intensos años de servir al Señor en la música y muchos de ellos dedicados específicamente a la formación de músicos para la evangelización y servicio de la Iglesia: Brasil, España, Italia, Ecuador, Argentina, Cuba, Centroamérica, E.U.A., México, entre muchos países, son testigos de esta labor y saborean algunos de sus frutos presenciando el surgimiento de nuevos grupos musicales poseedores de una clara visión evangelizadora hacia el interior de la Iglesia.
Escribí estas letras con un gran cariño y con amor para todos los colegas, durante años, y invirtiendo en tiempos de descanso, fue surgiendo un párrafo tras otro: muchas salas de espera de aeropuertos hicieron las veces de oficina para su redacción, aprovechando la tecnología de las estupendas y hoy primitivas Powerbooks de Apple.
Léelo primero para ti solo: luego compártelo con tu coro, o con los que no sepan ni siquiera silbar, pues también contiene mucho material para ellos. Y sobre todo: acude a este material cuantas veces necesites un poco de combustible para el camino.
La idea no es compartir solamente teorías a aquellos músicos que el Señor invite a este apostolado, sino también la experiencia y sabiduría que EL nos ha regalado: Solistas, coros parroquiales, grupos musicales de todos los géneros… este material es para ustedes.
Corren tiempos de Gracia y estoy profundamente convencido de que el Espíritu Santo prepara un momento especial para los jóvenes en el que una de las armas principales será la música; como con las trompetas de Josué; como el valle de Beraká con Josafat; como David quien exige que se alabe con toda clase de instrumentos (Sal 149). Pero no basta el deseo o la intención, hay que capacitarse para ello: nuestro gran secreto es invertir en la formación. Esta nos dará fruto, y fruto que permanezca, cumpliendo el mandato de Cristo que es hacerle discípulos (Mt 28,19).
Quiero agradecer a todos los que han colaborado en la puesta en marcha de este proyecto: mi familia, la gente de Dynamis y músicos amigos de todo el mundo. No digo nombres, ellos se saben aludidos.
Para finalizar, dedico toda esta colección a nuestra Madre del Cielo, que aunque pareciera que “le canto poco” (según la opinión de otros parientes de la fe); Ella sabe bien que en la casa de este discípulo tiene un lugar de privilegio. Su testamento bíblico dice de hacer “todo lo que mi Hijo les dice”, y eso es un hecho de lucha diaria en mi vida y en la de mi familia. Solo espero que el Amor que la Madre del Cielo me ha inculcado para Jesús se note en estas letras.
Vamos, pues, quedando en silencio para escucharle, ya que de eso mismo trata este primer capitulo.
Amigos, hermanos artistas: Animo! Dios los bendiga.
Con Cariño, Martín Valverde
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