En las manos de Dios
José Verdiá
Introducción
«Fe. El día en que vivamos esta virtud —confiando en Dios y en su Madre—, seremos valientes y leales. Dios, que es el Dios de siempre, obrará milagros por nuestras manos». La necesidad de redescubrir la fe y dejar que empape toda nuestra vida es precisamente el eje que articula la primera encíclica del papa Francisco, Lumen fidei: «La fe nos abre el camino y acompaña nuestros pasos a lo largo de la historia. Por eso, si queremos entender lo que es la fe, tenemos que narrar su recorrido, el camino de los hombres creyentes».
En las siguientes páginas evocaremos algunas figuras de la historia sagrada del Antiguo y Nuevo testamento que, con su vida, han mostrado la cercanía de Dios con los hombres. Se trata de artículos elaborados en el contexto del Año de la fe, convocado por Benedicto XVI en octubre del 2012, y clausurado en noviembre de 2013 por el Papa Francisco. Los textos, publicados durante esos meses en opusdei.org, tienen como finalidad facilitar la oración personal sobre esta virtud teologal, considerando algunos de sus aspectos tal como los encontramos encarnados en algunos personajes de la Sagrada Escritura. Ejemplos como el de la Santísima Virgen, por cuya fe el Hijo se hizo carne y es llamada bienaventurada por todas las generaciones; el de los Apóstoles, que dejaron todo para seguir al Maestro y anunciaron la Buena Nueva hasta los confines del mundo conocido; o el de otros hombres y mujeres nos ayudarán a experimentar la alegría de la fe y a transmitirla a quienes tenemos a nuestro alrededor. En un mundo sediento de Dios, estos testigos constituyen una llamada y un impulso para «ofrecer a los demás el testimonio explícito del amor salvífico del Señor, que más allá de nuestras imperfecciones nos ofrece su cercanía, su Palabra, su fuerza, y le da un sentido a nuestra vida», para llevar «el calor del sol de la fe» a tantos lugares.
J. Verdiá
Mayo de 2017
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!