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Esencia del Liberalismo

Leonardo Castellani S.J.

La República Argentina no es una nación sino un problema.

El problema es: ¿qué va a salir desta desintegración del liberalismo argentino?, ¿qué se puede hacer para que no desintegre al país?

Para resolverlo es necesario saber aunque sea de un modo somero qué cosa fue el Liberalismo donde nacimos; “qui genuit Democratiam, qui genuit Comunismum, qui genuit Reactionen Fascisticam, qui genuit Neocapitalismum… ex quibus generabitur Futurum”.

Me han pedido que urda sobre este tema una conferencia filosófica; es decir, ni demasiado teológica ni demasiado literaria…

Una conferencia filosófica poco logra, si no es en una clase de filosofía; y hay muchos libros eximios sobre el LIBERALISMO que se pueden leer con más provecho que esto. Mi esperanza y mi consejo es que esta actividad conferencística, que es loable cuando no es demasiado espasmódica, se transforme en verdaderos cursos de ciencias políticas y sociales (incluso de lengua castellana, de latín y de ejercitación oratoria), cursos serios, sacrificados y pacientes, con sus bibliotecas, su revista y al fin su editorial; cosa que por suerte ya se halla incoada, aunque no por la Universidad Católica; la cual tiene por fin solamente los títulos, la apologética y la ciencia -aprendida de memoria en los libros de Derisi. Yo no puedo vencer al liberalismo. Ustedes tampoco ni cada uno ni todos juntos ni en un año ni en dos; aunque antes de una década es menester que esté vencida aquí “nuestra Tradición Liberal”, que dice Valmaggia con manifiesta inexactitud. Un hombre hereda de su padre una casa y una tuberculosis: la casa es tradición, la tuberculosis NO es tradición. Yo heredé de mi abuelo que fue arquitecto y de mi padre, que fue normalista, el liberalismo; del cual estoy sano; o por lo menos, furiosamente de vuelta.

El coraje actualmente en la Argentina se llama Paciencia, con una gran dosis de Decisión: el mal es profundo. Hay cuatro cosas en el orden intelectual a cual más malas, que son la ignorancia, el error, la mentira, y la confusión y esto último, donde estamos entrando, es lo peor, porque ya es demencia. ¿Me quieren decir lo que significa aquí ya la palabra Democracia? ¿O la palabra Cultura? ¿O la palabra Libertad? Esas palabras significan “confusión”; o bien, si ustedes quieren: “el presupuesto siempre subiendo, y el decoro siempre bajando”. Un ministro del cual no quiero acordarme desafió por radio anteayer a sus oyentes que le enseñaran si osaban “el remedio al déficit del presupuesto”. Sospecho que él lo sabe lo mismo que yo: la cuarta parte del presupuesto del país puede podarse sin que al país le pase nada en absoluto; y ante todo, el rubro entero denominado Cultura. El fomento de la cultura del país por el Gobierno es matufia; más bien estorba que fomenta; y en eso despilfarran millones inútil y viciosamente. Puedo hacer bueno con números esto que digo; si fuera necesario.


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