Jesucristo
Karl Adam
PRÓLOGO
Las anteriores ediciones de mi obra Jesus Christus, rápidamente agotadas, son ya señal elocuente del vivo interés que en el cristiano de hoy día despierta la figura de nuestro Redentor. Sin embargo, lo mismo que en las otras ediciones, cabe decir también en ésta que su contenido no es más que el resultado de una labor fragmentaria. La plenitud de Cristo es demasiado rica y exuberante para que una sola persona y un solo libro puedan tener siquiera la pretensión de agotarla. Ya lo expresó así el discípulo amado, como epílogo a su Evangelio, anonadado ante el abismo de amor y de luz que le descubrían la presencia, las palabras y las obras del divino Maestro: «Hay, además de éstas, otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribiesen una por una, ni en todo el mundo creo que cabrían los libros que las contuvieran» (Juan, 21, 25).
Karl Adam
Tubinga, septiembre de 1949
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