Jesús, Un Dios que se hace cercano
Matilde Eugenia Pérez Tamayo
INTRODUCCIÓN
Conocer a Jesús es el trabajo más importante de nuestra vida. Papa Francisco Conocer a Jesús, su persona y su mensaje. Conocerlo para amarlo con un amor cada vez más grande, más profundo, más limpio, más generoso. Conocerlo para seguirlo, como sus discípulos.
Conocerlo para vivir nuestra vida de cada día tomados de su mano, que nos sirve de apoyo y nos comunica su amor, su fuerza y su valentía. Conocerlo para anunciarlo a otros, para decirlo a otros, para llevar a otros a que lo conozcan y lo amen también. Porque Jesús llena nuestra vida de sentido. El pasado que ya vivimos, el presente que estamos viviendo, y el futuro que vendrá.
Porque sabemos que con él y por él, nuestra vida tiene dimensión de eternidad. Jesús es – como Dios y como hombre -, absolutamente inagotable y sorprendente. Siempre hay algo más de él para saber, para “gustar”, para “saborear”, para contemplar, para amar. Siempre hay en sus enseñanzas algo nuevo para descubrir, para aprender y también para enseñar. Su Belleza es la más grande y atrayente belleza que puede existir. Su Verdad es la más luminosa verdad; la Verdad que está por encima de todas nuestras pequeñas verdades; la Verdad que es sabiduría infinita. Su Bondad es la más hermosa y dulce bondad; el Bien absoluto, fuente de todo bien.
Su Amor es el amor más sublime y profundo que puede existir. En él tiene su origen todo amor verdadero. Jesús es – como Dios y como hombre -, absolutamente inagotable. Todo lo que digamos de él siempre será superable. Pero tenemos que decirlo, porque la verdad de Jesús, su belleza, su bondad, su santidad y su amor, son para proclamarlos. ¡Todos los hombres y mujeres del mundo deben poder conocerlo, porque Jesús es el fundamento y la razón de nuestro existir!
Jesús es el único que puede dar sentido pleno a nuestra vida.
Papa Francisco
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