Literatura y formación ética
Alfonso López Quintás
Prólogo
Los análisis que realizo en esta obra -con un método basado en la teoría del juego y la belleza expuesta en la obra Estética de la creatividad. Juego. Arte. Literatura1- intentan poner de manifiesto las vertientes profundas de la realidad que los grandes autores plasman en sus creaciones literarias. La interpretación de textos suele atender más bien al aspecto estilístico y se mueve en un radio de acción muy acotado. De ordinario, se analizan fragmentos de obras, al menos cuando se trata de formas amplias, como la novela o el drama. Esto presenta una ventaja -disponer de espacio para realizar una labor minuciosa- y una gran desventaja: perder de vista el conjunto de la obra, que es el que da cuerpo al mundo encarnado por el autor y confiere sentido pleno a cada texto fragmentario.
Justamente, este mundo es el que alberga el valor más alto en orden a la formación integral del alumno. Si se comprende genéticamente una obra, como si se la estuviera volviendo a gestar, se gana en experiencia humana y se descubre la significación honda de los recursos estilísticos que movilizó el autor. Al centrar la atención en tales recursos de forma exclusiva y directa, se corre peligro de reducir la obra literaria a un artificio formalista carente de vibración existencial.
No es extraño que profesores formados en un clima unilateralmente formalista se encuentren inermes a la hora de analizar ante los alumnos obras literarias que presentan una carga humanística muy densa, como ocurre con la producción de Sábato, Kafka, Hesse, Unamuno, García Lorca… La cooperación entre literatura y filosofía se está haciendo de día en día más necesaria. Esta obra quiere colaborar a este quehacer interdisciplinar.
En la Estética de la creatividad, o.c., y en Cómo formarse en Ética a través de la Literatura expuse un método de análisis que juzgo sumamente eficaz y lo apliqué a obras tan significativas como La Náusea (J. P. Sartre). El extranjero y Calígula (A. Camus), El Burlador de Sevilla (Tirso de Molina), La malquerida (J. Benavente), Yerma (F. García Lorca), La salvaje y Eurídice (J. Anouilh), El Principito (A. de Saint-Exupéry)… En este nuevo libro extiendo el análisis a obras de calidad que suelen ser objeto de estudio en centros académicos: El túnel (Ernesto Sábato), La metamorfosis (Franz Kafka), San Manuel Bueno, mártir (Miguel de Unamuno), Siddhartha (Hermann Hesse), Juan Salvador Gaviota (Richard Bach). Algunas de estas obras presentan notables dificultades de interpretación, ya que requieren un conocimiento pormenorizado de las leyes del desarrollo de la personalidad humana.
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