El símbolo del camino
Juan Martín Velasco
El símbolo del camino
El camino es una imagen frecuentísima para expresar la relación del hombre con Dios. Se encuentra en las tradiciones orientales y
en las religiones monoteístas. Tao, el nombre para lo supremo en una de las religiones de China, significa camino. El hinduismo propone un triple camino -marga-, el de las obras, el del conocimiento y el de la devoción amorosa. El Antiguo Testamento describe los designios de Dios como caminos: «Los caminos de Dios no son nuestros caminos», y el conocimiento y la obediencia del hombre a Dios como seguir sus huellas, sus caminos o sus sendas. Para los cristianos, Jesús es el camino por excelencia al Padre, y, según el Libro de los Hechos, el cristianismo se llegó a conocer como «el camino». «Por un solo camino, decía el pagano Simmaco, no se puede llegar a tan alto misterio».
No es extraño que los santos se hayan servido del símbolo del camino para designar y describir la experiencia de Dios. Vías, es decir, caminos llama santo Tomás a los cinco procedimientos con los que muestra que la afirmación de Dios es razonable. San Buenaventura es el autor que con más frecuencia utiliza en sus escritos la imagen del camino para explicar la relación con Dios. Su obra más importante -que es una de las obras cumbre de la espiritualidad cristiana- lleva por título Itinerario de la mente a Dios. Pero escribió, además, un tratado titulado Sobre el triple camino y en casi todas sus obras remite a la metáfora del camino y las múltiples etapas para explicar el conocimiento humano de Dios, su punto de partida, los obstáculos que comporta, las etapas que contiene, el progreso que exige su recorrido.
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