Los milagros de San Antonio de Padua
Jerónimo Bórmida
Al fin del día caemos abrumados bajo una montaña de palabras. Escritas, orales, murales, cantadas, de toda suerte y especie, en todas las grafías, colores y sonidos. De todos los tamaños y decibeles. Tienen algo en común: generalmente no dicen nada. Nos estamos hartando de palabras que solo son palabras.
Mentirosas: dicen lo contrario de lo que anuncian. Ocultadoras: no dicen nada de lo que realmente importa. Vacías: tampoco pretenden decir nada…
Nadie le cree a un político su discurso electoral. El político pronuncia su discurso conciente de no ser creído, ni por él mismo. El presidente de la república no goza de mucho crédito cuando sale a la televisión a contar cosas maravillosas que están sucediendo en el país y que nadie a ha visto jamás…. porque el país al cual hacen alusión las palabras del presidente existe solamente en las palabras del presidente. Tampoco existe en la mente del presidente. Son solamente palabras.
Uno se puede imaginar el crédito que tienen las palabras del ministro de economía en uno de nuestros pobres países… El obrero toca con sus manos la realidad de su salario, que cada vez compra menos… aunque las palabras oficiales le dicen lo contrario. Son palabras, nada más que palabras.
Me parece que algo parecido nos está sucediendo a los cristianos. Estamos por celebrar los 500 años de la evangelización del continente americano. Evangelización es una palabra bonita. Quiere decir que hace 500 años los cristianos hemos estado anunciando en América Latina algo muy bueno y novedoso. Decimos nada menos que entre nosotros hace 500 años estamos pariendo-apareciendo el reino-reinado de Dios. Nada menos.
En otras palabras queremos celebrar el aniversario de un proceso histórico que tendría que estar generando en el continente americano menos muertes, menos injusticias, menos esclavitudes, menos hambre, menos dolor, menos lágrimas, y más alegría, más fraternidad, más compartir, más conciencia de ser el hombre lo que tiene que ser… Pero a lo mejor podemos estar anunciado solamente palabras. En las que nadie cree, como en la de los políticos.
Me parece que los cristianos estamos con la grave tentación de empezar una gran campaña comercial para vender nuestros productos cristianos, aprovechando este aniversario. Como todos los vendedores en el días de la madre, del padre, del abuelo… nosotros no queremos perder la oportunidad de una buena venta en el día-quinquenio de la evangelización.
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