Obras Completas de Fray Luis de Granada
Fray Luis de Granada
PRÓLOGO
Fijar el texto definitivo y auténtico de las Obras de Fr. Luis de Granada, profundamente alterado en todas las ediciones, aumentar su caudal con libros antiguamente impresos, pero hoy desconocidos, y salvar de ruina cierta y segura preciosos manuscritos, en su mayor parte autógrafos, diseminados en diferentes archivos y bibliotecas de España e Italia, tal es el objeto de esta edición.
Para fijar el texto he tomado el único camino que juzgo derecho. Reproduzco fiel y escrupulosamente la primera edición de cada tratado, desde la primera línea de la portada hasta la última del colofón. La dificultad estaba en lograr ejemplares de las ediciones príncipes, atendida la popularidad inmensa del autor, el consumo enorme de ediciones, y la prohibición inquisitorial fulminada contra tres libros granadinos. Pero con la ayuda de Dios, con tiempo y con paciencia, esos ejemplares (únicos en bastantes casos) vinieron a mis manos, acompañados de numerosos autógrafos inéditos. Todos se reproducen en esta edición, para bien de las almas y regocijo de los espíritus generosos. He pensado no faltar a la fidelidad corrigiendo las erratas evidentes, las cuales se anotan en lugar oportuno. En caso de duda respeto siempre el texto primitivo.
Se ha adoptado la ortografía moderna, pero conservando siempre la fonética de las primeras ediciones, donde está escrito, por ejemplo: Hieronymo, charidad, quanto, intelligencia, auer, vuiera, poseya, aora, etc., que aquí se escriben: Hierónimo, caridad, cuanto, inteligencia, haber, hubiera, poseía, ahora, variando la ortografía, no los sonidos.
En algunos casos el sentido de la frase es el que determina la escritura, como en ay, ya, caya, oya, allegar, diminuya, etc., que se escribirán, según el valor gramatical, de muy distinta manera. Ay equivale a ¡ay! hay y ahí; ya, a ya e hía; caya, a caía y caya (por caiga); oya, a oía y oya (por oiga); allegar, a alegar y allegar; diminuya, a diminuya y diminuía, según la naturaleza de cada palabra.
Muchas veces, algunas en una misma página, el lector hallará vocablos escritos de distinta manera, como Jesús y Jesú, duda y dubda, hierro y fierro, mismo y mesmo, parece y paresce, conoció y conosció, ahora y agora y desde y dende, mientras y mientra, desahuciado, desafuciado y desafiduciado, y otra multitud de palabras diferentemente escritas, cuya enumeración es imposible. Esta variedad demuestra el propósito firme de conservar la fonética granadina en toda su pureza. Así, quien leyere en alta voz por esta edición, puede estar seguro de que oirá los mismos sonidos que si leyese por alguna edición príncipe, u oyese hablar al mismo Fr. Luis de Granada.
Tres son las obras antiguamente impresas, que no se hallan en ninguna colección granadina: el Libro llamado Guía de Pecadores, en dos tomos, y el doble Manual de Diversas Oraciones y Espirituales Ejercicios, a las cuales se puede agregar el Libro de la Oración y Meditación, cuyo texto primitivo era del todo desconocido. Todas estas obras se reproducen fielmente, como las demás, por las ediciones príncipes, no existiendo ya los motivos que el inquisidor Valdés tuvo para incluirlas en su Cathalogus librorum qui prohibentur, el año de 1559. La piedad nada perderá, y las letras ganarán mucho recobrando joyas de tan subido valor .
Los manuscritos y autógrafos que por vez primera ahora salen a luz, forman casi un volumen, el XIV, y en él podrá saborear el lector un precioso Sermón de la Redención, cuatro biografías bellísimas, y más de cincuenta cartas inéditas donde se refleja el alma pura y hermosa de Fr. Luis de Granada.
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