Parábola de las diez vírgenes

Mateo 25, 1-13. Tiempo Ordinario. La vida lleva su rumbo sin preguntar, le damos la Luz de Cristo y comienza a brillar.

Autor: Francisco Valencia

Del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!” Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan.” Pero las prudentes replicaron: “No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis.” Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!” Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco.”Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora”. 

Oración introductoria

Señor, qué fácilmente puedo dejarte a un lado, en un segundo plano, y acordarme de Ti sólo cuándo hay una necesidad o problema. Ese descuido, irresponsabilidad o apatía me trae muchas consecuencias negativas porque debilita mi capacidad de amar. Ayúdame, por medio de esta oración, a comprender la necesidad de mantenerme siempre alerta, dispuesta a recibir tu gracia que me hace capaz de transformarme y transformar mi mundo.

Petición

Señor, dame la gracia de tener un corazón alerta y vigilante, para obrar siempre el bien.

Meditación del Papa

El Evangelio de hoy es una célebre palabra, que habla de diez jóvenes invitadas a una fiesta de bodas, símbolo del Reino de los cielos, de la vida eterna. Es una imagen feliz, con la que sin embargo Jesús enseña una verdad que nos hace cuestionarnos; de hecho, de aquellas diez chicas: cinco entran en la fiesta, porque, a la llegada del esposo, tienen aceite para encender sus lámparas; mientras que las otras cinco se quedan fuera, porque, tontas, no han llevado aceite. ¿Qué representa este ´aceite´, indispensable para ser admitidos al banquete nupcial? San Agustín y otros autores antiguos leen en él un símbolo del amor, que no se puede comprar, pero se recibe como regalo, se conserva en la intimidad y se practica en las obras. Verdadera sabiduría es aprovechar la vida mortal para realizar obras de misericordia, porque, tras la muerte, eso ya no será posible. Cuando nos despierten para el juicio final, este se basará en el amor practicado en la vida terrena. Y este amor es don de Cristo, infundido en nosotros por el Espíritu Santo. Quien cree en Dios-Amor lleva en sí una esperanza invencible, como una lámpara con la que atravesar la noche más allá de la muerte, y llegar a la gran fiesta de la vida. Benedicto XVI, 6 de noviembre de 2011).

Reflexión

Como cuando un escalador se detiene para ver lo recorrido y para contemplar la cima deseada y anhelada, así también Dios nos concede a veces momentos que son como esas paradas, y vemos lo recorrido en la vida y contemplamos la cima deseada y anhelada: la eternidad. Y entendemos el sentido de la vida y se nos hacen amargos todos los consuelos de la Tierra.

En esta situación estaban estas muchachas: el Esposo deseado… ¡Qué gozo!, ¡Qué alegría vivir así, esperando al Esposo! ¡Como si ya tuvieran ganada la Cima! ¡Cómo les rebotaría el corazón a estas chicas!

¡Qué contentas estarían! Así se encontraba Santa Teresita del Niño Jesús cuando descubrió los primeros síntomas de su enfermedad que la llevaría a la muerte, escribe: “¡Ah, mi alma se sintió henchida de gran consuelo! Estaba íntimamente persuadida de que Jesús (…) quería hacerme oír una primera llamada. Era como un dulce y lejano murmullo que me anunciaba la llegada del Esposo. (…) Gozaba por entonces de una fe tan viva, tan clara , que el pensamiento del cielo constituía toda mi felicidad” (Manuscrito C, F. 5r-5v).

Pero así como las vírgenes se durmieron, el caminante sigue caminando, a nosotros nos envuelve el remolino de la vida, y a Teresita se le duerme la fe.(cfr Manuscrito C, 5v). ¿Qué, pues es lo que importa si hasta los prudentes también se duermen? Tener encendidas nuestras lámparas y llevar el aceite para alimentarlas. Digamos que la lámpara es la vida, la Luz es la Vida de Gracia y el aceite es la Caridad.

La vida lleva su rumbo sin preguntar, le damos la Luz de Cristo y comienza a brillar, pero para que nunca se apague se necesita alimentarla con obras de caridad. Es así como nos va a reconocer el esposo: “En esto reconocerán que sois discípulos míos, si tenéis amor los unos para con lo otros”. “Entonces el Rey les dirá: Venid, benditos de mi Padre, (…)porque cuanto hicisteis con uno de estos pequeños, conmigo lo hicisteis”

Propósito

Dar la Luz de Cristo a nuestra vida para que comienza a brillar, pero para que nunca se apague se necesita alimentarla con obras de caridad.

Diálogo con Cristo 

San Agustín dijo que tuviéramos cuidado de la gracia de Dios que pasa y no vuelve. Por eso te pido, Padre bueno, que me ayudes a percibir tu presencia en lo cotidiano de este día para que con tu gracia pueda ser tu fiel discípulo y misionero. Mis decisiones labran mi destino, que terrible sería que me descuidará y siguiera el camino fácil que ofrece el mundo, por eso te pido me ayudes a vivir con el constante deseo de trabajar por ti.


Mas lecturas del Evangelio


No se dejen engañar

No se dejen engañar

En aquel tiempo algunos ponderaban la belleza del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas. Jesús les dijo: Esto que veis, llegarán ...
Dolor, humillación y gloria de las espinas

Dolor, humillación y gloria de las espinas

Autor: P Mariano de Blas LC  Dolor añadido, por si fuera poco la flagelación. Pero había que martirizar cada parte de su cuerpo. Después de ...
Parábola de los talentos

Parábola de los talentos

En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola, pues estaba Él cerca de Jerusalén, y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento ...
Fiel y prudente a la Voluntad de Dios

Fiel y prudente a la Voluntad de Dios

Del santo Evangelio según san Lucas 12, 39-48< Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no ...
Muerte de Juan Bautista

Muerte de Juan Bautista

Del santo Evangelio según san Marcos 6, 17-29  En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado ...
El "Sí" de María

El “Sí” de María

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, ...
La Epifanía del Señor

La Epifanía del Señor

Del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12 Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente ...
Invitación a la humildad

Invitación a la humildad

En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando cómo los ...
No es importante lo exterior

No es importante lo exterior

Mientras hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado ...
¡Todo empieza de nuevo, Cristo ha resucitado!

¡Todo empieza de nuevo, Cristo ha resucitado!

Vamos a hacer de esta reflexión una contemplación de la experiencia que Pedro tiene sobre la resurrección de Cristo. Dice el Evangelio: “Estaban juntos Simón Pedro, ...
Las bienaventuranzas

Las bienaventuranzas

Autor: P Clemente González Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: ...
El amigo inoportuno

El amigo inoportuno

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo ...
La oveja perdida

La oveja perdida

Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Él para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores ...
El que coma de este pan vivirá para siempre

El que coma de este pan vivirá para siempre

Del santo Evangelio según san Juan 6, 51-58 En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del ...
Id por todo el mundo y prediquen el Evangelio

Id por todo el mundo y prediquen el Evangelio

Del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y ...
Jesús en Nazaret

Jesús en Nazaret

Del santo Evangelio según san Lucas 4, 16-30 En aquel tiempo fue Jesús a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en ...
Mi Reino no es de este mundo

Mi Reino no es de este mundo

En aquel tiempo preguntó Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo ...
El primer mandamiento

El primer mandamiento

Del santo Evangelio según san Marcos 12, 28-34 En aquel tiempo se acercó a Jesús un letrado y le preguntó: ¿Cuál es el primero de ...
Una curación en sábado

Una curación en sábado

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 10-17 Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga, y había una mujer a la que un espíritu tenía ...
El Reino de Dios entre nosotros

El Reino de Dios entre nosotros

En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo llegaría el Reino de Dios, Jesús les respondió: El Reino de Dios viene sin dejarse ...
Venida del Reino de Dios

Venida del Reino de Dios

«Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el ...
El ciego de Jericó

El ciego de Jericó

Autor: P Clemente González Del santo Evangelio según san Lucas 18, 35-43 En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado ...
El buen samaritano

El buen samaritano

Autor: P Juan Pablo Menéndez  Del santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37 Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: «Maestro, ¿que ...
Conversión de Zaqueo

Conversión de Zaqueo

Autor: Ignacio Sarre  Del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10  En aquel tiempo, Jesús, habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre ...
La purificación del Templo

La purificación del Templo

Del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22 Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo ...
Necesidad de la vigilancia

Necesidad de la vigilancia

Del santo Evangelio según san Lucas 12, 35-38 Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su ...
Persecución de los discípulos

Persecución de los discípulos

Del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19 «Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles ...
Perdónanos, Madre, aunque a veces sí sabemos lo que hacemos

Perdónanos, Madre, aunque a veces sí sabemos lo que hacemos

Lo matarían en poco tiempo. ¿Y qué clase de muerte? Las había horribles. Horrible sería morir para tu Hijo. ¿La degollación, la horca, la cruz? Lo ...
Curación de diez leprosos

Curación de diez leprosos

Autor: P. Juan Gralla Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19 En aquel tiempo, yendo Jesús de camino a Jerusalén, pasaba por los confines ...
El joven rico

El joven rico

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna? Jesús le ...
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta