Icono del sitio eBooks Católicos

Poesía

Fray Luis de León

1. PERFILES DE LA ÉPOCA

El siglo de fray Luis de León es el siglo de Carlos I y de Felipe II. El escritor tiene treinta años cuando el Emperador Carlos se retira a Yuste en 1557; cuarenta cuando el nuevo rey envía al duque de Alba para que sofoque la rebelión de los Países Bajos; cuarenta y cuatro en 1571, año de la victoria de Lepanto y, casi simbólicamente, del proceso inquisitorial contra el propio fray Luis. Éste aún alcanzará a ver la unión con Portugal en 1580, la derrota de la Armada Invencible en 1588 y los primeros síntomas de una profunda crisis en la agricultura y la economía, que es ya muy clara en 1590.

Pero en la vida de un poeta, que fue también humanista y teólogo, son otras las circunstancias que más deben interesar. El ambiente cultural en el que se mueve fray Luis es el del humanismo cristiano. Aunque su influencia se ha exagerado —sobre todo en lo que se refiere a España— la figura más conocida de esa orientación espiritual es la de Erasmo de Rotterdam (1466-1536). Como todos los humanistas, Erasmo detestaba la filosofía escolástica, su estilo raciocinante y su sutileza argumentativa. El ideal que proponía era el de un cristianismo más sencillo, más próximo a sus raíces, basado en la lectura de la Biblia y de los Padres de la Iglesia. De hecho, buena parte de la popularidad de Erasmo se debió a su traducción y comentario del Nuevo Testamento, así como a sus ediciones de San Jerónimo y Orígenes. El recelo que despertaban sus ideas se intensificó a partir de la Reforma protestante, que presentaba inquietantes puntos de contacto con el erasmismo. El Concilio de Trento (1545-1563) condenó varias obras del maestro holandés y algunas de las premisas más importantes del humanismo cristiano. El Concilio alentaba la redacción de tratados y sermones en lengua romance, pero se mostraba reticente con respecto a las traducciones de la Biblia. Aplicados rigurosamente, sus decretos llevaban, en la práctica, a prohibir la lectura de cualquier traducción que no fuera la Vulgata de San Jerónimo.


Para activar la descarga es necesario una suscripción. Algunos libros requieren de una suscripción premium.

epub
mobi
pdf


Adquiere una suscripción

¿Ya tienes una suscripción?

Ingresa aquí:


DETALLES DE ESTE LIBRO

Salir de la versión móvil