¿Qué es filosofía?
Edith Stein
Prologo
Este escrito, en el que se figura un diálogo entre Tomás de Aquino y Edmund Husserl, es la primera versión manuscrita del trabajo que la filósofa Edith Stein (1891-1942) preparó en 1929 con ocasión del homenaje a Husserl en su septuagésimo cumpleaños, y que en ese mismo año fue publicado, ligeramente modificado y eliminando su forma dialogada, en el Jahrbuch für Phänomenologie und phänomenologische Forschung. En él asistimos a la primera manifestación del acercamiento de la fenomenóloga a la filosofía de Tomás de Aquino, a quien comenzó a estudiar, interesada por las fuentes del pensamiento cristiano, tras su conversión al catolicismo en 1921.
El encuentro de estos dos mundos filosóficos, la fenomenología y el pensamiento tomista, en la vida de la filósofa exigía una armonización. El diálogo entre ambos se enfrentaba, según Stein, a dos grandes dificultades. En primer lugar, las diferentes actitudes respecto de la relación entre razón y fe, motivo por el que la filosofía moderna descartaba la filosofía cristiana como interlocutor válido. En segundo lugar, y a consecuencia de lo anterior, la diversidad de lenguajes. La pérdida de una terminología común genera una incomprensión del pensamiento escolástico que proyecta en él la imagen de un entramado conceptual rígido, alejado del dinamismo del pensamiento vivo y no atenido a los problemas reales. Así lo expresó la propia Edith Stein en la Introducción a su obra principal Ser finito y ser eterno:
«La separación total de la filosofía moderna de la verdad revelada tuvo consecuencias aún de mayor peso. La filosofía moderna no veía ya en la verdad revelada una norma para verificar sus resultados. Tampoco aceptaba ya las tareas que le fijaba la teología, sino que quería resolver las dificultades por sus propios medios. Consideraba su deber limitarse a la luz natural de la razón, y no rebasar el mundo de la experiencia natural. Quería ser una ciencia autónoma en toda la acepción del término. Esta tendencia la llevó en gran medida a ser una ciencia atea. Por eso, la filosofía se dividió en dos grupos que caminaban separadamente, hablaban lenguas diferentes y no se cuidaban ya de comprenderse mutuamente: a saber, la filosofía moderna y la filosofía escolástica católica, que se consideraba a sí misma como la philosophia perennis, pero que ante los ojos de las personas que le eran extrañas no pasaba de ser la doctrina privada de las facultades católicas, de los seminarios y de los colegios religiosos. La philosophia perennis quedó como un sistema rígido de nociones que se transmiten de una generación a otra como propiedad inanimada».
La tematización de estas dificultades principales en orden al mutuo entendimiento, así como la crítica al idealismo egocentrista de la filosofía husserliana (vieja preocupación de la fenomenóloga, que halló en el tomismo la base para un primer desarrollo explícito y consistente de aquélla), determinan los puntos en los que se distribuye el trabajo que nos ocupa. Por su brevedad, así como por ser la primera manifestación en la obra de la autora de esta exigencia de confrontación y diálogo entre fenomenología y tomismo, el texto se limita a presentar las líneas más básicas y generales de la posibilidad de este encuentro, si bien con un rigor impecable y gran profundidad.
Los estudios que Edith Stein llevó a cabo de la escolástica darían lugar más tarde a la publicación de la traducción al alemán de la obra de santo Tomás Quaestiones disputatae de veritate (1931-1932), así como a la síntesis metafísica madura de su pensamiento en Endliches und ewiges Sein (Ser finito y ser eterno) , fruto de los dos grandes intereses de la autora: la investigación por el sentido del ser y el afán de articular la verdad del pensamiento medieval con la del pensamiento vivo contemporáneo.
Alicia Valero Martín
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