San Alfonso María de Ligorio (Ilustrado)
Rafael-María López-Melús
El mejor pleito
Los buenos abogados deben procurar ganar los pleitos que se les encomiendan.
Hay abogados que gozan de una bien merecida fama porque… causa que llevan, causa que ganan…
En la primera mitad del siglo XVIII, un joven bien apuesto y a la vez inteligente era la admiración de compañeros de abogada y de los ciudadanos que le encomendaban sus pleitos.
Pero un día… perdió el pleito… Y aquello llegó a lo más hondo de su alma…
Sabemos que el Señor tiene sus caminos para llevarnos a la meta que nos ha señalado a cada uno… Las LLAMADAS DEL SEÑOR a todos los santos que conocemos fueron muy diversas… pero todas conducían al mismo fin: Dejar el mundo y entregarse a la causa de Dios para la salvación de los hombres.
Muchos pleitos había ganado Alfonso María de Ligorio pero ninguno fue tan rotundo y tan sonado como el que ganó al perderlo aunque parezca una paradoja…
Cierto día Alfonso María se desahogará con un buen amigo y le dirá;
—“Amigo mío, créeme: Yo aborrezco al mundo porque le conozco muy bien y por eso que le conozco no sólo lo aborrezco sino que lo rechazo y no quiero saber nada de él”.
La pérdida de aquel juicio dejó una herida muy honda en el corazón de Alfonso.
Se encerró en su habitación durante tres días. Lloró su fracaso y salió transformado. Como el gusano de seda cuando se encierra su capullo y se convierte en una policromada mariposa.
El Señor le esperaba detrás de aquél… que había sido el MEJOR PLEITO DE SU VIDA.
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