Salvador Arteaga
El sueño de la Madre
La cuna de Camilo está rodeada de señales y hechos prodigiosos, con los que el cielo parece que quiso presagiar la misión del futuro apóstol de la caridad. Algo parecido a lo que ocurrió en La Montaña de Judá cuando nació el Bautista. Los habitantes de Boquiánico se preguntaban como los de Ein Karem : ¿Qué va ha ser de este niño? Y la respuesta era obvia: Algo grande, sin duda.
Boquiánico, patria de Camilo, es una pintoresca villa de los Abruzos, provincia de Chieti, en Italia. Sus padres, nobles venidos a menos, fueron Juan de Lelis y Camila Compellio. Cuando ésta frisaba en los sesenta años -así lo dice un autor- y había perdido la esperanza de sucesión con júbilo grande se sintió embarazada y la alegría de ambos esposos fue transmitida a parientes y vecinos. Pero un suceso misterioso vino a nublar la natural alegría de la maternidad.
Poco tiempo antes del parto, Camila vio en sueños una multitud de niños capitaneados por su hijo y marcados todos con una cruz roja en el pecho. La buena señora se imaginó que, andando el tiempo, su hijo sería un malhechor y jefe de bandoleros.
Muy diversos eran los designios del Señor, pues aquel sueño se iba a cumplir de manera muy positiva. Pero la buena mujer, que vivió lo suficiente para conocer lo trasto que era su hijo, vivió con esa preocupación y a la tumba se fue con aquella pena.