José Kentenich
Introducción
¿Qué es la santidad?
Hay muchas respuestas a esta pregunta: las cualidades típicas de un santo; vivir en estado de gracia; el proceso de llegar a ser «perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5,48). La santidad puede implicar una fe oculta o dones extraordinarios; una vida al servicio del ministerio público o de silenciosa caridad. Hay tantas formas de santidad como santos.
Pero las enseñanzas de la Iglesia no dejan lugar a duda respecto a un hecho esencial: todos estamos llamados a la santidad. El Catecismo de la Iglesia Católica acentúa este llamado con una cita clave de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, del Concilio Vaticano II:
«Todo cristiano, cualquiera sea su estado o el lugar que ocupe en el mundo, está llamado a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección en la caridad». El Catecismo concluye diciendo: «Todos están llamados a la santidad».