Sexo: cuándo y por qué
Jesús María Silva
Prólogo
«En la actual situación sociocultural es urgente dar a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes una positiva y gradual educación afectivo-sexual. El silencio no es una norma absoluta de conducta en esta materia, sobre todo cuando se piensa en los numerosos “persuasores ocultos” que usan un lenguaje insinuante» (Sagrada Congregación para la Educación Católica, «Orientaciones educativas sobre el amor humano», 106).
Efectivamente, es urgente abordar un tema sobre el que durante muchos años ha caído un pesado silencio: la afectividad y la sexualidad de nuestros adolescentes y jóvenes, que muchas veces ahora está en manos de quienes no tienen un verdadero interés en su felicidad ni en su salud. Desde la revolución sexual, se han potenciado unas voces y se han acallado otras. Es hora de romper ese silencio, y es algo que algunos llevamos ya bastante tiempo haciendo, convencidos de que es necesario proponer otro modo de ver la sexualidad más humano, más pleno, más adecuado. Aunque eso haga que a algunos les escueza, porque preferirían una Iglesia callada y encerrada en sí misma. Sin embargo, el Santo Padre ya nos recordó que no debe ser ese nuestro estilo: «Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades» (EG 49).
Este libro tiene la virtud de romper ese silencio y de aportar una mirada humana y cristiana sobre la sexualidad, apropiada a lo que esta es, y enfocada a la mayor felicidad y plenitud de la persona humana. No es un libro lleno de moralismos, ni tampoco carente de rigor: en él puedes encontrar razones convincentes a favor de una sexualidad vivida «como Dios manda». Su lenguaje es fácil y desenfadado, y no evita ningún tema, por escabroso que sea. Y, al mismo tiempo que propone una comprensión de nuestra debilidad desde la infinita Misericordia de Dios, propone con la misma fuerza la verdad de todo lo que estamos llamados a vivir, sin recortarlo ni «edulcorarlo». Por ello, creo sinceramente que puede aportar mucha luz tanto a los adolescentes y jóvenes, como a los matrimonios, a los padres y a los formadores que no quieren conformarse con la propuesta reductiva de la sexualidad que se nos ofrece hoy desde el pensamiento único.
Existe un modo alternativo de vivir, y esa es la mayor luz que los cristianos podemos ofrecer al mundo de hoy, un modo de vivir orientado por la Palabra de Cristo y por el sentido común. Te invito a que leas este libro con el corazón y la mente abiertos, porque te aseguro que tiene mucho que ofrecerte para tener una visión más completa sobre el misterio del amor y de la sexualidad. Eso sí, como dice el mismo autor, es un libro que invita a nadar a contracorriente. Vas a encontrar en él un modo verdadero de vivir, que no es fácil, pero merece la pena. Como dije hace un tiempo en mi cuenta de Twitter: «La felicidad no es un fin en sí mismo, sino la consecuencia de entregarse a un ideal verdadero». Eso es lo que te ofrece este libro: un ideal verdadero. Rezo para que te ayude a redescubrir el sentido profundo que Dios ha querido para nuestra sexualidad, de modo que pueda convertirse para ti en una fuente de auténtica plenitud.
+ José Ignacio Munilla Aguirre
Obispo de San Sebastián
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