Sobre Dios, la Iglesia y el mundo
Fernando Ocariz Braña
PRESENTACIÓN
Los periodistas solemos tener prisa. Hoy se detecta el bosón de Higgs; esta tarde, o mañana, hay que contarlo al público, explicarlo, dar los antecedentes, ponerlo en su contexto. La simplificación es inevitable. Es corriente decir que cada lector del periódico encuentra errores y lagunas en las noticias sobre aquello de lo que entiende. La implicación fácil es que también en las demás páginas hay fallos que él no detecta. Otra más segura es que cada lector sabría poco de las materias que no domina si no fuera por la prensa. Sin ella, tendría que documentarse por sí mismo.
Así, el periodista es mediador entre las fuentes y el público. Cuando la materia no es vulgar, acude al entendido y divulga. Su misión incluye buscar expertos que de verdad aporten luz. Y como ellos tienen mucho que decir, alguna vez debería dejar de lado las prisas para invitarles a hablar con calma, y así dar espacio a su pensamiento, dejar que se explayen. En no pocos casos, esto se ha conseguido con una entrevista amplia, de la extensión de un libro.
Este periodista ha encontrado a monseñor Fernando Ocáriz. Esto no quiere decir que lo haya «descubierto»: es una persona conocida en la Iglesia. Es Vicario General del Opus Dei desde 1994. Profesor de Teología Fundamental y Dogmática en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma) desde que fue creada, y actualmente Vice Gran Canciller. Ha publicado libros y artículos de filosofía y teología. Desde 1986 es consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe; desde 2003, de la Congregación del Clero, y ahora también del recientemente creado Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. En 1989 ingresó en la Academia Pontificia de Teología.
Tampoco es esta una entrevista «exclusiva», pero sí la más extensa de las que ha concedido Mons. Ocáriz. Además, de vez en cuando firma colaboraciones en prensa, especialmente en L’Osservatore Romano y en la revista Palabra.
Entre sus obras hay dos estudios de filosofía: uno sobre el marxismo y otro sobre Voltaire. Es más amplia su producción teológica. Su primera obra fue Hijos de Dios en Cristo. Introducción a una teología de la participación sobrenatural (1972), a la que siguieron varios ensayos y tratados; dos, en colaboración con otros autores, han sido traducidos a varios idiomas (uno es sobre la revelación y el segundo, de cristología). Ha escrito también libros de teología espiritual, en su mayor parte en torno a las enseñanzas de san Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei. Otro título que trata este tema es más bien de eclesiología: El Opus Dei en la Iglesia, que incluye además dos estudios de otros tantos autores. Sus trabajos para publicaciones especializadas versan sobre esas mismas materias. Una amplia recopilación de algunos de sus artículos teológicos —Naturaleza, gracia y gloria— se publicó, prologada por el cardenal Ratzinger, en el año 2000.
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