Teresa de Calcuta, Novela de un alma
María Amata Di Lorenzo
Presentación
Es la primera verdadera santa contemporánea, y no solamente desde el punto de vista cronológico, ya que ha vivido y pertenece a nuestro tiempo, sino también porque, quizás por primera vez en la historia, se trata de una santa sobre la cual existe una documentación audiovisual, además de textual, y esta documentación es realmente enorme. Kilómetros de grabaciones en cinta, su rostro y su voz reproducidos al infinito, impresos de forma indeleble en nuestra memoria colectiva gracias a la radio y a la televisión.
La Madre Teresa de Calcuta ha sido una de las figuras más amadas del Novecientos, fundadora de una congregación cuya finalidad es el servicio de los más necesitados, una congregación que nació en el año 1950 en Calcuta, la ciudad en donde la miseria es extrema y donde los más necesitados incluso hoy pueden morir en medio de la calle sin ninguna asistencia.
Aún la recuerdo con su gesto típico de inclinarse ligeramente hacia adelante uniendo lentamente las manos. Su rostro diseñado de una serie de arrugas. El cuerpo frágil y torcido, siempre más encogido con el trascurrir de los años, y sin embargo dotado de una sorprendente y misteriosa vitalidad. Teresa, hermana de los rechazados. Una mujer que ha logrado introducir en el corazón de los hombres el sueño de Dios. Que por más de cincuenta años ha estado presente en todos los “frentes cálidos” de la vida social y eclesiástica, que ha promovido la vida, la dignidad de la mujer, la salvaguardia del creado, el amor por los pobres y los excluidos, osando cada día a cosas imposibles.
El interminable florecimiento de libros, ensayos, artículos y de biografías testimonian la fascinación que la figura de esta santa continua a ejercer después de veinte años de su muerte. Su deceso, en el año 1997, generó una gran conmoción en el mundo entero.
El Papa Francisco ha elegido canonizarla en el corazón del año jubilar, y esto no ha sido una simple coincidencia. ¿Quién mejor que ella podría representar la ternura llena de misericordia del Padre? ¿Quién mejor que ella podría hacérnosla recordar, a nosotros ciegos vagabundos del efímero que buscamos el agua para beber, nosotros desilusionados que no creemos en nada, pero que conservamos una necesidad herida, sin rostro ni nombre, en el fondo del corazón?
Sobre la Madre Teresa se han escrito y publicado, mientras estaba viva, montañas de artículos y de libros que ella no ha ni siquiera mirado. No tenía tiempo, no le interesaban. Su vida estaba completamente dedicada a los pobres.
Era la amiga de los más pobres de la tierra: había elegido serlo “por el amor de Jesús”.
Un sari blanco bordado con tres líneas azules, un crucifijo puntiagudo en el hombro izquierdo. Las manos callosas, que habían secado tantas lágrimas, los pies deformados por los largos caminos recorridos. Este es el recuerdo que tengo de ella.
En estos años yo también he escrito muchas páginas sobre la Madre Teresa, en libros y artículos e incluso en la web. Pero sentía la necesidad de contar su lado más íntimo. Sentía la necesidad de escavar dentro del misterio de su vida, de arrojar luz en los laberintos más oscuros y ocultos, y encontrar el secreto sobrenatural, la esencia de su alma, esa belleza tan deslumbrante y sin embargo tan tranquila de su santidad.
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