Un camino bajo la mirada de María
Carmelo de Coimbra
BIOGRAFIA DE LA HERMANA MARÍA LÚCIA DE JESÚS Y DEL CORAZÓN INMACULADO O.C.D.
INTRODUCCIÓN
— Aquí estoy por séptima vez. Ve, sigue el camino por donde el Señor Obispo te quiera llevar. Ésa es la voluntad de Dios.
— Sí, haré lo que me ordenáis.
Y la pastorcita, con los ojos fijos en Dios que le hablaba mediante la voz de la obediencia, dejó su tierra, su familia y la casa de su padre, marchando hacia la tierra que le fue indicada [2], llevando sobre sus frágiles hombros la responsabilidad de dar a conocer al mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María, como dijo en su despedida de la pequeña Jacinta, su prima y confidente. Con la sencillez con que ella vivía, vamos a acompañarla en su largo camino, donde no faltaron las espinas, pero por donde corrió en abundancia, como agua cristalina de un manantial siempre en dirección al mar, el amor que le dio fuerza en su peregrinar por el mundo, que para ella era sólo el camino hacia Dios.
Fue una vida enamorada de María. Cuando ella se veía rodeada de muchas personas, atenciones y peticiones, solía decir: ¡Todo es por causa de Nuestra Señora! Y, si la viésemos, Nuestra Señora diría: “¡Todo es por causa de Jesús!”. Sí, porque todo se dirige hacia Él en nuestra vida. Y, cuando María viene a la tierra a traer algún mensaje, siempre es para la gloria de Dios y la salvación de Sus hijos, para indicarnos el Camino, la Verdad y la Vida, o para recordarnos que algo no va bien. Desde muy temprano, la vida de la Hermana Lúcia tiene el sello de María. Y, durante su muy largo recorrido, fue este amor de su infancia lo que marcó todos sus pasos. Fue siempre a Jesús por María.
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