Un rabino habla con Jesús
Jacob Neusner
INTRODUCCIÓN
Hace algunos años, estando en Roma durante una estancia de estudio, hurgaba yo en la librería de un amigo cuando cayó en mis manos un libro que llamó mi atención por su título: Disputa imma- ginaria tra un rabbino e Gesu. Quale maestro seguire? (trad. di F. Bianchi, Casale Monferrato 1996). El autor, el rabino Jacob Neusner, era un conocido estudioso de las Escrituras y la tradición judías. La introducción hacía presagiar un debate interesante entre el autor, convertido en un oyente atento del Sermón de la Montaña, y Jesús. Por añadidura, en la contraportada se citaba el juicio del cardenal Ratzinger, que consideraba el libro como la aportación más interesante al diálogo judeo-cristiano en la última década. Ante una presentación tan autorizada no me quedó ninguna duda acerca de la utilidad de su lectura. El libro, que era la traducción de un original inglés publicado en 1993, A Rabbi Talks with Jesús, me resultó apasionante, tanto que algunos párrafos los leí varias veces. Me fascinó el tema, pero también la honestidad con que lo desarrollaba su autor.
Jacob Neusner es en la actualidad profesor emérito del Bard College en Annandale-on-Hudson, Nueva York. Durante los años 1954-1960, estudió en el Jewish Theological Seminary of America, uno de los centros de estudio de la historia y la religión judías más notables, habiendo pasado en años anteriores por las universidades de Harvard y Oxford. Durante su permanencia en el Jewish Theological Seminary completó sus estudios cursando algunas materias en la Universidad Hebrea de Jerusalén y en la Columbia de Nueva York. Su larga docencia se ha desarrollado en diferentes universidades: Columbia, Wisconsin-Milwaukee, Darmouth College, Brown, South Florida, Cambridge y Bard College. Su producción literaria es enorme: ha escrito más de 900 libros. Muchos de ellos son traducciones o comentarios sobre las obras literarias judías de los siglos I-VI d.C.; la configuración del judaismo actual depende en gran medida de esos escritos rabínicos recogidos principalmente en la Misná y los Talmudes. No es ciertamente un sabio que evita la confrontación, lo que se suele considerar una persona políticamente correcta; todo lo contrario. El mismo admite ser una persona muy contenciosa. Buen ejemplo de ello es su libro A Rabbi Talks with Jesús, que ahora se presenta en español. Una obra escrita, pues, por uno de los más grandes conocedores vivientes de la historia, literatura y religión judías.
Para exponer las enseñanzas de Jesús, Neusner elige como guía el evangelio de san Mateo, que tradicionalmente se considera el más judío de los cuatro canónicos; incluso algunos estudiosos identifican la finalidad de su redacción con el intento de convencer a los judíos no creyentes proponiendo a Jesús como el verdadero Mesías. Si el autor ha elegido este evangelio es porque lo considera el más apto al tema que quiere profundizar: «Según acuerdo común, el de Mateo es el más ‘judío’ de los Evangelios, poniendo el acento en cuestiones de especial relevancia para la Torá e Israel, el pueblo al que habla Jesús. Mateo nos habla a nosotros en particular». Mateo, por lo demás, presenta el Sermón de la Montaña como la interpretación perfecta de la Ley de Moisés. Con frecuencia se repite en él: «Habéis oído que se dijo… pero yo os digo».
Neusner se imagina como un oyente más en el Sermón de las Bienaventuranzas. Curioso por la afirmación de Jesús «no he venido a abolir la Ley, sino a cumplirla», escucha con atención las palabras de Jesús para inmediatamente compararlas con la interpretación recogida en las grandes obras rabínicas. Su deseo es escuchar y discutir lo que dice Jesús. Mediante este trabajo observa que Jesús introduce un cambio radical: su persona sustituye a la Ley mosaica. En efecto, en este discurso, la perfección que el creyente judío alcanza con el cumplimiento de la Ley es sustituida por el seguimiento de Jesús: la santidad no radica en la observancia de la Ley, sino en el seguimiento total de Jesús. El criterio decisivo para vivir y juzgar la bondad de la existencia humana es el mismo Jesús.
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